Después de la tormenta
Una escultura se hunde en el fondo del mar, y a su alrededor surge la vida marina. La superficie de la Menina muestra signos de llevar mucho tiempo sumergida, donde empiezan a crecer lapas y algas.
“La obra presenta dos acabados que contrastan. Para pintar la superficie de la Menina, me inspiré en los tonos de la piedra y el metal, para representar el concepto de material inerte. Mientras que en los peces y algas, utilicé colores intensos y brillantes, reforzando su vitalidad.
En las últimas décadas hemos maltratado mucho al medio ambiente. La escultura sumergida representa el declive y fin de esa etapa, permitiendo que la vida vuelva a renacer. Una mirada optimista hacia el futuro de nuestro planeta.
En todas mis obras busco la rigurosidad y el respeto hacia los animales que las protagonizan. Por eso, los peces que nadan alrededor de la figura hundida son representaciones naturalistas de diversas especies de peces, todos ellos cohabitantes en las aguas tropicales del Océano Atlántico. Los he representado de la forma más fiel posible a su anatomía y características, realizando las figuras a tamaño natural.”
